COMENTARIO 09. THOMAS MORE

Creada el 12 de Diciembre de 2016 a las 22:25 por jesustorres

Proyecto: Urban Games 2016
Tema: Diálogos
Coordinadores: abarca dacama

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Utopía / Utopia

1. Plan o sistema ideal de gobierno en el que se concibe una sociedad perfecta y justa, donde todo discurre sin conflictos y en armonía.
 
 
 
 
 
 
2. Proyecto, deseo o plan ideal, atrayente y beneficioso, generalmente para la comunidad, que es muy improbable que suceda o que en el momento de su formulación es irrealizable.

 

 

 

Así se define utopía medio siglo despúes de que Tomás Moro acuñase por primera vez el término, y resulta muy curioso como él mismo, al nombrar Utopía a su isla, modelo de sociedad soñada, ni si quiera sabía perfectamente la definición y la importancia que tomaría esta palabra en tantos ambitos, y como no en el urbanismo. 

Tomás Moro diseñó una sociedad idílica hasta donde los límites de su época le dejaron soñar, es por ello que Utopía cuenta con numerosas defensas naturales y creadas por los humanos para la protección de la isla, la sociedad y los valores que representaban frente a los horrores del mundo en el que él vivió. Nos habla así de un lugar protegido casi en su totalidad por barreras naturales, donde solo puede entrar quien sea acceptado y guiado con señales desde tierra, al entrar en la isla nos recibe una sociedad justa e incorrupta, muy homogénea, ya que todas las ciudades de la maravillosa isla comparten lenguaje, tradiciones, costumbres e incluso nos habla de que comparten la misma arquitectura. Nos explica también como las 54 ciudades de Utopía están muy bien conectadas entre si, de manera que no se tarde más de un día en llegar de una ciudad a otra.

Resulta muy curioso que, hace 500 años y sin saber que lo hacía, Tomás Moro estuviese especulando sobre la tan actual Globalización. Desde su punto de vista, la sociedad se puede desarrollar mejor en esta amalgama de condiciones sociales completamente iguales:

vayas a donde vayas puedas hablar en el mismo lenguaje (inglés), celebrar casi las mismas tradiciones y costumbres (halloween) , comer la misma comida (McDonalds) o encontrarte el mismo tipo de arquitectura o urbanismo sea cual sea la parte del mundo que visites 

Y es que quizás si que tenía algo de razón en que al crear un entorno homogéneo se podrían crear entornos de socialización y una gran cultura de la aceptación, pero en mi punto de vista, ese exceso de homogeneidad no motivaría los desplazamientos en busca de nuevos puntos de conocer o hacer arquitectura, y es que la diversidad, en todos los sentidos, es una gran riqueza que compartir y de la que aprender, algo de lo que creo que Tomás Moro, influenciado por su época donde la desigualdad era la mayor lacra, pecó en exceso.

Llevado por este afán por la igualdad extrema, propone en utopía un modelo laboral en el que los trabajos más duros se reparten entre toda la población, rotando las profesiones cada dos años, algo que es totalmente comprensible en una sociedad idílica como el la veía aunque quizás no tanto en la actualidad donde las profesiones requieren cada vez más de una mayor especialización, y donde la fuerza bruta y el esfuerzo físico se van basando cada vez más en herramientas y máquinas especializadas. 

Muy curioso como destaca también la falta de ambición y la generosidad de los ciudadanos, que, como él mismo nos explica, nunca querrían consumir más de lo que consumen, ganar más de lo que ganan o ocupar más de lo que ocupan, donando todo el excedente de su trabajo a otros paises vecinos que lo necesitasen más, algo que por desgracia y tal y como se estructura la sociedad en base al capitalismo, es completamente utópico hoy en día.

Nos habla también como los ciudadanos tienen un gusto esquisito y generalizado por la jardinería y encuentran en ella uno de los mayores placeres y belleza, como también se juntan para compartir y festejar una vez al mes, o como se reparte gratuitamente desde el estado todo aquello que los ciudadanos necesiten realemente para hacer su trabajo sin coste alguno.

Hace también una introducción muy curiosa de las casas actuales, que dejan de ser de paja y barro, materiales utilizados para las casas de los pobres en su época, y pasan a ser de piedra y teja, con ventanas acristaladas que paran y el viento y el frio pero dejan pasar la luz, que se tamiza a través de unos tramos de tela o ámbar gris. 

En resumen T. Moro diseñó una sociedad perfecta en su época y con su punto de vista, que quizás hoy, en mi época y desde mi punto de vista, no sería tan idílica como él parece describirnosla, lo que me llama la atención y me hace darme cuenta de que las utopías necesitan regenerarse, crearse nuevas y cambiar a medida que la sociedad se acerca a los valores y objetivos que nos marcan esos "imposibles". Debemos atrevernos a soñar, ser valientes para transgredir, valorar lo que han conseguido los que estuvieron antes y luchar por que el futuro de la sociedad sea mejor, y para ello, nosotros como arquitectos, tenemos una herramienta y una formación que bien encauzadas pueden ser mucho más poderosas de lo que nos imaginamos.

 

Fotografía extraida del proyecto Inmigrant City, by Kostas Papadimitriou

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