Nos plantea una ciudad utópica en la que todo está controlado y diseñado, no deja nada suelto, pudiendo evitar de esta manera los defectos actuales de la sociedad, pero también quitando libertades y coaccionando la heterogeneidad que puede llegar a generar el ser humano.

Describe que las ciudades son iguales, que las calles están trazadas de forma pensada, pero en muchos casos, el interés en el trazado de una ciudad es su irregularidad y el no estar diseñada antes de construirse.

También genera un modelo utópico basado en unos ideales y obligando a la población que resida allí a cumplirlos, por mucho que sean los más acertados, no toda la población estaría de acuerdo con esa forma de pensar, imponiendo al cabo una forma de pensar y eso no es del todo correcto, por ejemplo, el carecer de propiedad privada.

Se nota como el ideal de ciudad utópica no se corresponde con la actualidad, por lo que tenemos que situarnos en el espacio temporal del texto para comprenderlo.

Aún así, es una forma de hacernos reflexionar sobre una meta supuestamente ideal, en la que debemos encauzar nuestros caminos. En ella se busca la máxima igualdad y el máximo desarrollo del ser humano, algo que buscamos todos, por lo que, aunque este proyecto no sea el mejor actualmente, nos sirve para detenernos y reflexionar.