Con el concepto la piel de las ciudades de Solà-Morales se refiere a lo que vemos, tocamos las personas de las ciudades, estoy de acuerdo en que siempre es necesario pensar en que van a sentir las personas con nuestras actuaciones, pensar la ciudad a una escala más humana, no limitarnos a planificar o organizar un territorio no podemos olvidar la parte sensible de las ciudades. Como dice el autor es necesario que las ciudades transmitan emociones para hacer un buen urbanismo.

En el texto también se habla de las obras de arquitectura que no tienen en cuenta el lugar que ocupan en la ciudad ni su entorno, algo que pasa cada vez más frecuentemente en los últimos tiempos, creo que es algo incompatible con un buen urbanismo, no se debe colocar un edificio de manera aislada sin importar lo que ocurre alrededor. Por esto podemos pensar que las ciudades antiguas eran mejores, aunque lo cierto es que de las ciudades antiguas solo queda lo bueno, como si de un proceso natural de depuración se tratase esto mismo pasara con nuestras ciudades actuales.

Las ciudades modernas también tienen sus puntos interesantes como son la diversidad de funciones y la organización, pienso que es necesario ser consciente de estas cosas ya que muchas veces se olvidan de estos atractivos y nos limitamos a buscar fallos y anhelar las ciudades antiguas.