En esta entrevista encuentro muchas ideas interesantes y que me han hecho reflexionar sobre el verdadero sentido de crear arquitectura y ciudad y la relación existente entre ambas y las personas que lo habitamos.

Por un lado tenemos la idea de que la ciudad no se puede definir con precisión (tema ya comentado la semana pasada con el texto de Rem Koolhas), sino que tenemos que ser capaces de entenderla en lo que tiene de interés. Continuando esta idea, me ha llamado la atención el que haga referencia sobre que la ciudad es cada vez más compleja y por tanto se crean conflictos, el conflicto como elemento representativo de la vida moderna y no en sentido negativo. Me parece bonito que sea precisamente el conflicto el que ordene nuestras ciudades, un tipo de energía distinta a la de las ciudades de orden formal, puesto que creo que las ciudades son mucho más que los edificios; también son las personas, el movimiento, el bullicio, el olor y el tacto…en resumen, la acumulación de eventos inesperados y de impredecible desarrollo que ocurren a nuestro alrededor, todo lo que le da carácter a un lugar y que crea nuestro sentido de pertenencia. Por tanto, supone cada vez un mayor reto y es más difícil crear buenas ciudades, ya que es muy complejo el coordinar bien en un mismo espacio todos estos fenómenos.

Otra idea muy interesante es la de la creación de edificios “icónicos” que no se relacionan con la ciudad bajo el pretexto del desorden y que son más un objeto al que fotografiar que arquitectura. No creo que se pueda entender la arquitectura sin el urbanismo, las relaciones entre unos espacios y otros son los que nos dan la clave para comprender qué debemos construir y por qué, y hacer edificios “originales” con tal de ganar fama personal no debería de considerarse ético cuando la arquitectura podría resolver muchos problemas sociales. “Construimos para las personas”.

Imagen: Episodio 14 de la temporada 16 de Los Simpsons en el que le encargan un edificio icónico de ópera para Springfield a Frank Gehry como competición contra la ópera de Shelbyville pero la ciudad acaba rechazándolo por no responder a las necesidades de ocio reales de los habitantes y lo transforman en prisión.