Proyecto: Urban Games 2017
Tema: Diálogos
Coordinadores:
abarca
dacama
La ciudad moderna, muchas veces concebida como una utopía tecnológica y funcional, ha sido diseñada casi siempre con escuadra y cartabón, incurriendo en abstracciones simplistas y una desconexión con la manera de vivir de la gente. Se han obviado relaciones básicas, dividiendo el territorio en usos y programa, creando unidades cerradas que no consiguen establecer interrelaciones ricas y variadas. Aquí, entran en juego los conceptos desarrollados por Christopher Alexander en el texto: el esquema de árbol y el de semirretículo; la base de las ciudades artificiales es la organización en árbol, dado que al hacerse deliberadamente su planificación y diseño, se tienden a distribuir áreas autónomas que se relacionan con otras pero sin llegar apenas a superponerse usos o funciones. En cambio, en las ciudades antiguas, donde se aprecia la pátina de la vida, se da una organización de semirretículo, superponiéndose e interrelacionándose usos, zonas y funciones de una forma mucho más compleja que en el esquema de árbol.
El esquema de semirretículo no es posible concebirlo desde un pensamiento racional a priori, necesita mucha maduración y gradación progresiva en cuanto a su complejidad. Sin embargo, es el único sistema válido para acoger el pulso vital de una ciudad, evitando la monotonía y la falta de identidad de muchas ciudades artificiales creadas con una organización en árbol. Esto nos lleva a preguntarnos por qué no conseguimos identificar lor principios abstractos de relación de las ciudades antiguas e incorporarlos a las ciudades de nueva creación. Mientras no se haga el ingente esfuerzo de lograr insuflar vida a los planes de ordenación, el urbanismo será visto como una mera división administrativa que sectoriza el territorio y permite a unos cuantos enriquecerse a costa de la felicidad colectiva.
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