Solà-Morales en su texto nos habla de la ciudad y del urbanismo en nuestros tiempos, de la piel de la ciudad y como esta es cambiante y esta viva.Esta piel es lo más importante porque a través de ella caminamos, vemos, tocamos y sentimos, generando diferentes sensaciones o recuerdos en cada persona.

Lo que estamos llamando como piel de la ciudad no siempre se puede encontrar, porque, como hemos mencionado en otras ocasiones, esto surge de buenos planteamientos y buenos proyectos que tengan en cuenta el factor humano y que la arquitectura es para las personas, no algo decorativo.

De ahí viene el error, se tiene más en cuenta lo económico que lo funcional. Hay muchísima gente que no siente la ciudad como suya, no se tiene en cuenta la opinión de la gente y no se responde correctamente a las necesidades que tiene una ciudad. Cualquier edificio o cualquier espacio público tiene que ser conector de la ciudad, debe de crear recorridos e interactuar con los ciudadanos.