El Rey Carlos II había adquirido una importante deuda económica con la familia Penn. William Penn propuso al monarca saldar la deuda a cambio de terrenos en las colonias británicas de Norteamérica.
Aunque Penn denominó a su posesión inicialmente ''Nueva Gales'' y luego ''Sylvania'' (tierra de bosques), el rey, en deferencia al almirante Penn, la rebautizó en los acuerdos firmados en 1681 como ''Pennsylvania'' (los bosques de Penn).
Penn había reflexionado sobre las organización física y política que debía tener Pensilvania. Comenzó estructurando su territorio en condados y distribuyendo tierras entre los primeros colonos (en seis meses había concedido más 300.000 acres, 1.200 km2, a unos 250 pobladores iniciales). Entre sus primeras decisiones, quizá la más trascendente sería fundar un nuevo asentamiento para lo que procuró seleccionar la ubicación más adecuada. Filadelfia estaba a punto de nacer.
En 1681, Penn envió con ese cometido a tres delegados que conducirían al primer grupo de colonos y explorarían la zona con el fin de seleccionar el lugar idóneo para la implantación de Filadelfia. Les entregó una serie de instrucciones muy precisas en las que detallaba las condiciones que debería reunir la ubicación. Debía situarse junto al rio Delaware, en algún lugar que garantizara una buena navegabilidad debido a la importancia que se le otorgaba el puerto. Esto implicaba un determinado calado que permitiera a las naves fondear junto a la orilla para evitar que los barcos tuvieran que descargar por medio de barcazas y botes. Pero complementariamente se debía buscar un lugar que estuviera suficientemente elevado para evitar inundaciones y que por tanto se mantuviera seco y salubre. Las instrucciones también se referían a la selección de la superficie necesaria para la construcción de la futura ciudad.
A pesar de las muchas condiciones, se encontró el lugar que respondía a todas ellas, en el istmo de una península que se había formado junto a la desembocadura del rio Schuylkill en el Delaware. En esa localización, el rio Delaware había excavado un canal que proporcionaba la profundidad necesaria y además permitiría el acceso de las naves hasta la tierra. Por otra parte, el terreno de la margen derecha del rio en ese punto ofrecía una elevación continua junto a la orilla que garantizaba la defensa frente a inundaciones y mareas. Además, existía una pequeña ensenada que penetraba en la península que podría funcionar con un pequeño puerto fácilmente protegible.
El siguiente paso sería el trazado de la ciudad, para lo cual Penn contaría con la colaboración del capitán Thomas Holme que fue designado topógrafo general. Holme llevaba instrucciones precisas sobre el trazado que debería tener Filadelfia, realizando un primer plano para la ciudad.
El plano inicial dibujado por Thomas Holme abarcaba solamente la mitad del istmo peninsular, la contigua al rio Delaware, pero Penn, ordenó su prolongación hasta el rio Schuylkill para que la nueva ciudad tuviera dos frentes fluviales.
Las instrucciones iniciales de Penn describían una ciudad de calles rectas, con parcelas alineadas y una gran plaza central para almacenes y mercado.