Este último texto, tal como dice el título, nos habla sobre una nueva mirada al proyecto urbanístico, el cual no responde al del siglo pasado ya que se basaba en la urbanización e industrialización debido al periodo de posguerra, por lo que en aquella época las necesidades emergentes eran otras, aplicando el funcionalismo y pensando que la transformación urbana era sinónimo de pobreza espacial y ambiental. Si embargo, ahora la ciudad debe atender a nuevos problemas para los cuales se requieren otros planteamientos. Por otro lado, es una situación complicada debido a la aceptación generalizada de los planes de las ciudades que ya forman parte de la cultura urbanística, por lo que se puede generar cierta oposición a nuevos posibles planes y estrategias urbanísticas.
Creo que la ciudad debe enfocar sus propuestas a las dinámicas socio-culturales para dar respuesta los problemas de aislamiento, de discontinuidad entre tejidos urbanos y suburbanos, creando espacios de interacción social. Sin embargo, en las ciudades, cada vez más saturadas, es difícil proyectar estrategias para densificar y resolver esos problemas debido a que estas ya son muy densas. Por lo que se deben plantear estrategias operativas, estrategias que incorporen dinámicas para el cambio de la ciudad, que extraigan ciertas condiciones para la forma y la composición de esta y que sean sensibles a estas variables.