Proyecto: Urbanismo 3 | B
Tema: Artículos
Coordinadores:
dacama
En esta obra Otto Wagner reflexiona sobre la creación de la ciudad como tal, y su crecimiento tanto técnico como social y económico. Por lo que reivindica que un buen urbanismo es aquel que tiene en cuenta las necesidades de las personas a la vez que la belleza o la funcionalidad, por ello una ciudad debe ser construida por un arquitecto y no por un ingeniero.
Otto Wagner habla de dos principios:
-La regulación del casco histórico de las ciudades, que debe permanecer bello e inalterado. En este caso, habla de mejorarlo y cuidarlo, pero nunca sustituirlo por otros usos.
-La ampliación de la ciudad. Una ciudad está siempre en continuo crecimiento, pero este crecimiento debe ser planificado y ordenado con el fin de que se genere diversidad, tanto de usos como sociales.
Ejemplifica su reflexión con la situación de Nueva York donde sus calles son estrechas para la concentración de vehículos y peatones que deben acceder a ellas para acceder a los edificios colindantes, de forma que se crean grandes atascos.
Esta reflexión sigue estando de actualidad porque es la realidad de muchas ciudades actuales como Madrid, Barcelona, Londres,…, donde cada día sus residentes tienen que recorrer grandes distancias para llegar a sus puestos de trabajo, o donde su casco histórico es cada vez más un escenario de película que un barrio residencial.
En este fragmento de su libro “Monument et monument historique”, François Choay nos habla del patrimonio, de los monumentos y los monumentos históricos.
Para empezar debemos tener en cuenta que el patrimonio como tal no se entiende hasta después de la Segunda Guerra Mundial con la reconstrucción de las ciudades en Europa ya que en ese momento se debe poner en valor aquellas construcciones y monumentos que deben ser recuperados.
Los monumentos son aquellos que son creados para preservar la memoria de una comunidad, mientras que los monumentos históricos no son creados con ese fin, pero con el paso del tiempo cobran mayor importancia.
Reflexiona sobre lo que conlleva declarar estos monumentos o patrimonios históricos porque aunque es muy beneficioso de cara al turismo y la economía de las ciudades, no podemos perder de vista que un turismo abusivo conlleva una degradación de estos patrimonios.
A su vez, reflexiona sobre si una edificación por el simple hecho de ser histórica ya debe ser patrimonio o no. En este caso creemos que no, ya que si no las ciudades no crecerían. Se deben limitar a aquellas edificaciones que tenga valor histórico y/o arquitectónico y seguir mejorando el resto de la ciudad para evolucionar.
En este texto seguimos hablando de patrimonio. En este caso, de lo que debe ser conservado y, sobre todo, cómo debe ser conservado.
Para ello Cervellati establece cinco fases.
La ciudad del cuarto de hora es un texto que tiene mucha relación con el contexto de la ciudad post covid-19. Ya que hemos fomentado el comercio de barrio y el teletrabajo, haciendo que nuestro entorno inmediato gane importancia.
Este texto defiende la idea de que una persona debe vivir en una ciudad en la que a una distancia de 15 minutos tenga todas sus necesidades resueltas, incluido su lugar de trabajo, fomentando el comercio de proximidad y las relaciones tanto comerciales como sociales con los vecinos del entorno.
De este modo la ciudad se limpia de contaminación y se vuelve más sostenible, a la vez que los habitantes viven de un modo más cómodo.
En este texto, Joan Busquets nos explica que no hay una única manera de construir la ciudad porque el urbanismo es una disciplina cambiante y lo que antes era válido ahora no lo es porque las necesidades y las características de las ciudades han cambiado.
El urbanismo actual debe ser un urbanismo flexible que se adapte a las necesidades no solo actuales si no futuras de la ciudad. Para ello, debe ir de lo cercano a lo global creando sinergias, siendo tan importante lo construido como lo que se deja sin construir.
Cada cultura ha interpretado de forma distinta la ciudad, pero todas han tenido en cuenta las plazas, los viarios y las retículas como forma de entender la ciudad y ordenarla. Estos lugares también crean comunidad.
Gómez Ordoñez habla de la relación de esta arquitectura y urbanismo con el arte.
Tras la revolución industrial las personas de zonas rurales se mudaron a las ciudades creando barrios periféricos con mayoría de viviendas unifamiliares. Esto hizo que la ciudad como tal saliera perdiendo porque ya no había elementos de conexión ni lugares de reunión de forma se fomentara la creación de la comunidad como tal.
Para ello, se nos habla de un plan urbanístico en el que se tiene en cuenta esta necesidad de ampliar la ciudad creando un urbanismo común donde se encuentren espacios de reunión en los que la población se mezcle.
La ciudad al igual que las personas se ve afectada por la economía. En este texto Piccinato compara el modelo de París y el de Viena.
En este caso, los centros históricos se han ido haciendo cada vez más caros a la hora de vivir por lo que las ciudades han ido creciendo hacia el extrarradio. De esta forma, las personas con menos posibilidades económicas han ido alejándose del centro de las ciudades, quedando éstos para las clases sociales más altas.
Esta forma de estratificar la ciudad no hace más que empeorarla ya que los centros se vacían, dejando cada vez más viviendas para el uso y disfrute del turismo (Airbnb, apartamentos turísticos,…) consiguiendo que sean meros escenarios de la ciudad en manos del capitalismo.
El urbanismo debería favorecer la mezcla de clases para enriquecer la ciudad y la sociedad.
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