La ciudad actual, una ciudad móvil, tecnológica, científica, zonificada, jerarquizada, ordenada e interconectada. Una ciudad moderna, que avanza según una filosofía determinada: el Posmodernismo, que está caracterizado por la pluralidad de pensamientos donde no encontramos solo un punto de vista válido, sino muchas soluciones para un mismo problema.

Si nos hacemos la pregunta de qué puede aportar el arquitecto a esta ciudad, una respuesta a ésta es que el arquitecto es el encargado de dar forma a esta nueva ciudad que cambia día a día, de la búsqueda de soluciones a las necesidades actuales y de ser el que se haga la pregunta de qué problemas existen en ella y cómo pueden solucionarse.

El aspecto citado anteriormente que define mejor la ciudad actual es la movilidad. Los mecanismos de transporte, los avances tecnológicos y las vías de comunicación que nos permiten movernos fácilmente de un lugar a otro. Gracias a la labor del arquitecto, estas vías se han desarrollado hasta tal punto que se han zonificado, es lo que se llama la "especificación de la calle". Una calle con aceras, carriles bici, carriles bus, zona para los automóviles, vias del tranvía o túneles del metro. Sin embargo, la labor del arqitecto no acaba ahí, existe dentro de la ciudad la necesidad de la creación de zonas públicas, de ocio, pulmones verdes o lugares de encuentro.

Como vemos, existen multitud de campos en los que el arquitecto tiene un papel fundamental en la mejora de la ciudad, ya que es el promotor del avance y el desarrollo.