Para responder a la pregunta de que pueden aportar los arquitectos a la mejora de la ciudad de ahora, antes debemos hacernos otra pregunta: ¿Qué es lo que la sociedad actual exige a las ciudades?

Vivimos en una época en la que las personas se encuentran en continuo movimiento, en la que aunque mucha gente habita en las periferias pero debe desplazarse al centro de las ciudades, una sociedad de redes de comunicación y de vida en la ciudad. Esto hace que sea necesaria la creación de vías de comunicación que puedan abastecer este movimiento de gentes, calles y avenidas amplias que den un orden a la ciudad y permitan un tránsito fluido, así como la aparición de espacios públicos abiertos como son los parques que sirvan de descongestionantes de la ciudad.

Sin embargo no debemos olvidar que gran mayoría de las ciudades son ciudades antiguas cuyos cascos históricos son un amasijo de calles totalmente irregulares y estrechas, procedente de una trama irracional.

La labor del arquitecto es, por tanto, dadas las herramientas que posee, así como su cualidad de poder ver cosas donde el resto de la gente no las ve, intentar crear una ciudad cómoda y bien  organizada que atienda y pueda abastecer las necesidades de los habitantes y de la propia ciudad, a la par que debe casar de la mejor manera posible la ciudad nueva con la ciudad histórica. Por otro lado, pienso que el arquitecto debe dotar a la ciudad de una fisonomía propia que le aporte armonía y belleza, dos cualidades de las que muchas veces las ciudades se ven privadas debido a la especulación urbanística y la corrupción de muchos arquitectos que en los últimos tiempos han sufrido.