“La cantidad ha sido la causa perdida de este siglo”. Así de contundente comienza Koolhaas su crítica hacia un urbanismo que no ha sido capaz de enfrentarse a un aumento desmesurado de la población. En la época de la urbanización desaparece el urbanismo.

Hemos cambiado cantidad por calidad y Koolhaas culpa al Movimiento Moderno y a su pervivencia en la actualidad. Nuestro concepto de modernidad limita la creatividad en favor de la racionalidad y esto ha hecho pequeño al urbanista. Ante una urbanización generalizada, no ha luchado por impedir la desvirtuación de la ciudad.

Desde un punto de vista personal, el urbanista ha perdido su poder y no es capaz de coger las riendas de la situación en una sociedad descontenta. Tras ser una profesión llena de fantasía e ilusión, no se adapta a realizar intervenciones modestas en una ciudad en constante cambio. Pues un plan de urbanismo o de ordenación del territorio, podríamos decir que no acaba nunca.

También critica a la generación de Mayo del 68, que aunque redefine y redescubre la ciudad con su “Sous le pavé, la plage”, contribuye a la muerte del urbanismo. Mayo del 68 muestra una admiración y una necesidad de preservar la ciudad; sin embargo, a su vez , muestran un desprecio por construcciones procedentes de la modernidad.

Koolhaas concluye que el urbanismo se ha visto boicoteado por el Movimiento Moderno y ridiculizado por la generación de Mayo del 68.

El urbanista condenado al exilio, no lucha sino que culpa a los demás de su desgracia. No entiende que ya no creará, sino que incrementará y modificará Debe entender esto, como la oportunidad de crear un nuevo urbanismo que nos lleve a alcanzar la ciudad única.

En la imagen : "Exodus" un proyecto del propio Rem Koolhaas elaborado para Londres en 1972. Obtenida a través del blog La Ciudad Viva http://www.laciudadviva.org/blogs/?p=5449