Jardí del Museu Can Framis - Barcelona

Creada el 10 de Diciembre de 2013 a las 22:34 por jafs

Proyecto: Urban Games 2013
Tema: Recursos
Coordinadores: abarca dacama

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Descripción

Intervención en los jardines de este conocido Museo

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ESTADO ANTERIOR

Durante el siglo XIX, la revolución industrial llenó de fábricas los terrenos agrícolas del norte de Barcelona. La actividad industrial de esta zona, que se corresponde hoy con el barrio del Poblenou, llegó a ser tan importante que se la conocía popularmente como la «Manchester catalana». Una de las primeras industrias en instalarse allí fue la fábrica textil de Can Framis, que constaba de varios edificios y ocupaba una superficie equivalente a cuatro manzanas del Eixample. Años después de su construcción, al trazarse la trama Cerdà, el complejo quedó hundido y sesgado respecto a las calles adyacentes. 



En los últimos años, el barrio del Poblenou ha sido objeto de una profunda transformación urbanística que ha supuesto la desaparición de buena parte de su patrimonio industrial y la profusión de nuevas arquitecturas dedicadas al sector terciario y caracterizadas por la gran altura y la rotunda contemporaneidad. Aunque en ese proceso Can Framis perdió buena parte de su extensión, una chimenea y los dos edificios más relevantes del complejo fabril se salvaron. A finales del pasado siglo, fueron adquiridos por una fundación privada que los reformó para convertirlos en un museo de arte contemporáneo.
Durante el siglo XIX, la revolución industrial llenó de fábricas los terrenos agrícolas del norte de Barcelona. La actividad industrial de esta zona, que se corresponde hoy con el barrio del Poblenou, llegó a ser tan importante que se la conocía popularmente como la «Manchester catalana». Una de las primeras industrias en instalarse allí fue la fábrica textil de Can Framis, que constaba de varios edificios y ocupaba una superficie equivalente a cuatro manzanas del Eixample. Años después de su construcción, al trazarse la trama Cerdà, el complejo quedó hundido y sesgado respecto a las calles adyacentes. 

En los últimos años, el barrio del Poblenou ha sido objeto de una profunda transformación urbanística que ha supuesto la desaparición de buena parte de su patrimonio industrial y la profusión de nuevas arquitecturas dedicadas al sector terciario y caracterizadas por la gran altura y la rotunda contemporaneidad. Aunque en ese proceso Can Framis perdió buena parte de su extensión, una chimenea y los dos edificios más relevantes del complejo fabril se salvaron. A finales del pasado siglo, fueron adquiridos por una fundación privada que los reformó para convertirlos en un museo de arte contemporáneo.

 

OBJETO DE LA INTERVENCIÓN

En el transcurso de este proyecto, la Fundació Vila Casas cedió al Ayuntamiento de Barcelona los espacios libres que rodeaban los tres edificios del Museo Can Framis para convertirlos en un jardín de acceso público. Su geometría sesgada y hundida respecto a las calles adyacentes permitía crear un espacio recogido, que resolviera la transición entre el aroma decimonónico que emana de los edificios del museo y la rabiosa actualidad de su contexto urbano.

DESCRIPCIÓN

El museo y su jardín ocupan una manzana entera del Eixample Cerdà. Los dos edificios preexistentes, junto con el nuevo cuerpo que los une transversalmente, forman un patio cuadrilátero que ha acabado de cerrarse con un pórtico de acceso. Está hundido unos tres metros respecto a la calle y ocupa el centro de la manzana. Un cuarto edificio cierra el lado norteoccidental de la manzana y genera detrás del cuerpo transversal un segundo patio presidido por la chimenea de la antigua fábrica. 

Los espacios que separan el museo del perímetro de la manzana desempeñan la función de absorber sus respectivas diferencias de nivel y directriz. Se han resuelto con taludes que se elevan ligeramente respecto a la calle para caer después hasta la cota del patio central. Esta geometría, junto con el espesor del arbolado que se ha plantado encima, genera una franja de transición que aísla el museo de su contexto urbano. Los taludes se han cubierto con un manto de hiedra y se han plantado bulbos de los que brotan flores de distintos colores a lo largo de todo el año. Están surcados por senderos de hormigón con trazados dubitativos que dan acceso a diferentes rincones. La vegetación de los taludes invade asimismo el patio de la chimenea pero respeta el patio central. Este, que actúa como espacio vestibular de acceso al museo, se ha pavimentado con un tendido de hormigón que le permite acoger actos multitudinarios. Algunas jardineras circulares interrumpen puntualmente su pavimento.

Más info, en el siguiente vídeo:

http://vimeo.com/15834135

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