Infinitos bloques de concreto cubren el paisaje desde el centro de  Ciudad de México hasta sus suburbios. Desde la tierra, se logra percibir que las casas se extienden hasta muy lejos, hacia todos los puntos cardinales, pero no se sabía desde las alturas, hasta que el fotógrafo mexicano Pablo López Luz, fotografió el fenómeno de “la mancha de concreto” hasta un punto absolutamente mareador.

Más fotografías, después del Salto.

Desde la cabina de un avión ligero, el fotógrafo logró capturar la ciudad más poblada del hemisferio occidental, una ciudad transformada en una masa gris que con el paso del tiempo se ha ido expandiendo y que ha desplazado el color verde de las zonas  en donde antes había bosques y lagos.

© Pablo López Luz

20 millones de personas habitan en Ciudad de México y por cada kilómetro cuadrado hay 25.400 personas. Ésta es la principal razón de estas fotografías: no hay lugar para las montañas, árboles y valles, pues las casas abarcan todo lo que el ojo puede ver.

© Pablo López Luz

“En una megalópolis como la Ciudad de México”, apunta López Luz, “constantemente amenazada por su incesante crecimiento poblacional y su falta de infraestructura, la relación entre el hombre y el espacio es tan aparente…”.

© Pablo López Luz