Proyecto: Urban Games 2013
Tema: Diálogos
Coordinadores:
abarca
dacama
En este interesante fragmento de "La ciudad no es un árbol" de Christopher Alexander comienza definiendo árbol que no es más que un esquema articulador y ordenador, en este caso de ciudades, y que es seguido por muchas de las ciudades trazadas con nueva planta. Nuevamente se vuelve a plantear a lo que muchos como Lynch o Solà Morales han llegado: ¿ciudades naturales/espontáneas o artificiales? La realidad y necesidades actuales han originado que no baste con repetir modelos antiguos debido a que por mala adaptación han quedado obsoletos; sin embargo, no hay que desechar sistemáticamente tales modelos puesto que el estudio y análisis de los principios ordenadores y de algunas pautas si son aplicables a la ciudad moderna.
Así pues se distinguen dos tipos de ciudades principalmente según el esquema que las origina: las ciudades naturales o en semirretícula que son aquellas en las que existe una relación mucho más presente entre sus elementos y sin zonificación clara, y las artificiales o en árbol que por contra, surgen de una zonificación y separación de usos muy clara. Dicho de otra manera, el esquema ordenador de la semirretícula permite una mezcla de conjuntos de la ciudad que se confunden entre sí dando lugar a una experiencia más variada y viva frente a la separación en entes o zonas casi autosuficientes que empobrecen las relaciones sociales con y para la ciudad. La ciudad surge por la relación entre los distintos conjuntos, conjuntos que no son de igual categoría sino que están jerarquizados y que se entienden como unidades que funcionan por sí mismas y que se relacionan con el resto, abiertos o cerrados, grandes o pequeños, etc.
En una ciudad en árbol tal relación no existe pues cada una de sus "ramas" se establece como una parte independiente del resto de la ciudad. En una estructura en árbol algunos puntos quedan vacíos y otros se masifican en exceso por lo que no se da la superposición de conjuntos y/o usos que proporcionan riqueza y variedad a la ciudad; en la ciudades semirreticulares, todos ellos se relacionan en mayor o menor grado y se complementan. Es especialmente significativo el ejemplo de relación que propone: para 20 elementos un árbol cuenta con 19 subconjuntos y en un semirretículo más de un millón. ¿No es más interesante una ciudad rica y variada en la que se integren todos sus elementos?
Los antiguos modelos de ciudad en árbol funcionaban antaño por tratarse de comunidades más cerradas; pero la realidad de hoy día es bien distinta, es cambiante y rica lo que no deja lugar a las estructuras cerradas sino a sistemas de interrelación que hacen de la ciudad un organismo vivo en el que se funden y confunden circulaciones, usos y recorridos originando "esquinas" o puntos de encuentro. Otra problemática de las ciudades en árbol son los barrios, los barrios entendidos como unidades autosuficientes dentro de la ciudad sin apenas relación con el resto salvo la cercanía; de hecho, cada uno de estos barrios suele identificarse por algo que le caracteriza y que fragmenta aún más el todo de la ciudad. Tal denominación es necesaria para ubicación y orientación pero han de entenderse como algo en directa relación con el resto. Un ejemplo paradigmático de esto es el caso del barrio de Waterloo de Middlesborough, un barrio en el que se superponen usos y conjuntos pero que es ajeno a sus barrios vecinos.
En este punto parece claro y ha quedado bastante justificado que la separación o segregación por usos va en contra de la ciudad y sus habitantes si bien parece lógico que haya algunos que dependan más otros. Tal es el caso de las facultades y universidades y las residencias universitarias, si bien no debe existir una clara separación de usos con el resto de la ciudad, si debería de existir una tendencia a cercanía o densificación por su gran relación e interdependencia. Otra de las ventajas de las ciudades semirretículas es que la población se integra y forma parte de un todo, se preocupa por cuanto le rodea y no se siente ajena o fuera de lugar por lo que "necesita" opinar y "dar forma" a la ciudad y no solo a su entorno porque, de hecho todo sería lo mismo.
Dos ejemplos de estos dos tipos de ciudades son: Cambridge como ejemplo de ciudad natural que ha sabido integrar la vida universitaria con el resto de la ciudad y México como ciudad exnovo que ha creado una ciudad universitaria dentro de la misma capital con sus propios organismos administrativos y sanitarios, una burbuja dentro de otra aún mayor. Si no solucionamos la problemática de la ciudad, tal vez nuestro futuro sea vivir dentro de muñecas rusas y a que le toque en la más pequeña... que se aguante.
Todo ello, en gran parte se debe a la incapacidad del hombre para estudiar casos complejos de forma genérica y es esa fragmentación para su análisis la que degenera en el sistema en árbol, la que propicia ese interés del ser humano por encasillar y diferenciar la realidad en partes; entiendo que es algo parecido a una gran enciclopedia en la que cada grupo es un gran capítulo independiente y como tal, distinto al resto. Por tanto, la solución como en muchos casos radica en el proceso de diseño y entendimiento de la realidad, la forma de trabajar y nuestras limitaciones nos impide hacer lo correcto, nos impide vivir la ciudad.
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