“El semirretículo es potencialmente una estructura mucho más compleja y sutil que el árbol” y “nos interesa la diferencia entre las estructuras en las que no hay sobreposiciones y las estructuras en que sí las hay” son don fragmentos que reflejan la idea principal de este texto.

                Las ciudades artificiales, en las que no hay sobreposiciones, son un completo fracaso desde el punto de vista humano. Por ello, la campaña de la revista Architectural Design titulada Ultraje propone soluciones tales como controlar la secuencia espacial de los edificios y de los espacios intermedios o volver a la alta densidad urbana, con cantidad de pasillos y galerías a distintos niveles en todas direcciones y multitud de gente paseando por ellos. Un ejemplo de esto lo encontramos en el edificio Mirador de MVRDV, http://es.wikiarquitectura.com/index.php/Edificio_Mirador.

                Para ejemplificar este problema, se plantean nueve casos en los que la ciudad está constituida por un gran número de comunidades, cada una de ellas separada de todas las comunidades adyacentes. El ejemplo más claro es el de La naturaleza de las ciudades, del libro de Hilberseimer.

                Además, la estructura social y urbana no puede encajar en un esquema de árbol ya que destruye las interrelaciones naturales, adecuadas y necesarias. Se plantean cuatro situaciones que demuestran esto:

                En primer lugar, no podemos llegar a diseminar el peatón del coche. Es necesaria la interrelación que surge entre ellos como ocurre en Manhattan, donde comparten algunas zonas de la ciudad. Otro ejemplo lo encontramos en Londres, en un proyecto llamado The Exhibition Road, http://www.publicspace.org/es/obras/g069-exhibition-road, en el que se alcanza un equilibrio consensuado entre el peatón y el coche.

                En segundo lugar, “el juego se produce en centenares de lugares”. “¿Cómo puede un niño tomar contacto con todo lo que le rodea en un espacio cercado? Sencillamente no puede.”

                En tercer lugar, se compara la universidad americana, aislada, con la de Cambridge. En ésta última, la ciudad crece a la vez que la universidad. “Lo uno no puede ser alterado sin que se altere lo otro”. Esto me hace pensar que al trasladar el Parque Tecnológico de la Salud de Granada a las afueras de la ciudad, se pierda ciudad.

                En cuarto y último lugar, ha de saberse que la zona residencial y la zona industrial tienen que superponerse. Es más fácil y cómodo si el trabajo está cerca de casa. Se ahorraría tiempo y dinero.

                Por otro lado, Edward Banfield en su libro Political Influence cuenta que en la ciudad de Chicago la estructura en árbol está superada por las líneas de contro “ad hoc” que surgen naturalmente siempre que se plantea un nuevo problema urbano.

                Sin embargo, siendo conscientes de todo esto, ¿por qué se han concebido ciudades en árbol? Pues “porque en un único acto mental podemos visualizar únicamente un árbol” y la complejidad del semirretículo es reemplazado por ello.

                Pero la superposición puede llevar al caos. Por ello, la tarea de intentar comprender exactamente qué tipo de superposición necesita una ciudad moderna no ha terminado todavía. “La pintura pintura de Nicholson y otras imágenes parecidas pueden ser los vehículos de nuestras ideas.”

                Por último, no hemos de olvidar que la ciudad en árbol tiende a la disociación. Un ejemplo extremo de esto lo encontramos en Sun City, Arizona, donde se separa a las personas jubiladas del resto de la vida urbana. Es por ello que “si hacemos ciudades en árbol, éstas acabarán destrozándonos a nosotros.”