Normalmente estamos acostumbrados a llamar espacio público a cualquier espacio de la ciudad no edificado. Esto es la degradación del término "espacio público" ya que para ser como tal necesita una serie de condiciones que cumplir y la exigencia de auténtica urbanidad. Urbanidad entendida como calidad de aquellos lugares significantes de contenidos colectivos y políticos en su misma forma material.

La capacidad de un espacio de aportar significados cívicos, estéticos, funcionales y sociales es necesaria para la cualificación de un espacio urbano y público.

En la actualidad vemos con algunas actuaciones simplemente tratan de "arreglar" zonas de la ciudad que están anticuadas, y darles una estética más contemporánea... sin embargo muchas veces actúan sobre zonas de la ciudad que tenían cierta importancia e interés histórico y terminan por destrozarlo. Otras veces, trabajan sobre un lugar entendiendolo como parcela vacía, olvidando el contexto en el que se encuentra... De esta forma de va destruyendo el concepto de espacio público, e incluso el de ciudad.

Si seguimos con la hipótesis de que es la condición colectiva la que define la urbanidad, deberíamos entender como espacio público tanto las zonas privadas como las viviendas, casas.. y las partes públicas de la ciudad, ya que comparten el modo de que son apropiados por los ciudadanos.

Así, si lo público es privado y lo privado es público... ¿Cuál es la especifidad de esos espacios públicos? ¿Cuáles de ellos son preferibles en la ciudad? ¿Cómo podemos valorarlos y criticarlos? ¿En qué nos basamos?

Hoy en día, los espacios públicos se están desvirtuando... encontramos espacios iguales, siguiendo modas, derroche de dinero... En definitiva, se está perdiendo ese significado de espacio público como un espacio en el que no caben modas, ni autores, ni bajo ningún político por excelencia... sino espacios construídos por las personas, quienes interpretan ese espacio según su criterio, sus vivencias, sus necesidades, sus intereses... Los espacios públicos están pensados y diseñados para acoger a las personas de una ciudad y por tanto deben ser éstas quienes los vivan y les den un uso.

El problema que encontramos en el diseño y creación de espacios públicos es que puede ser el asunto principal de la forma urbana, trantando este espacio como la estructura de espacios para movilidad, concurrencia de calles, vivencia y encuentro de personas, relaciones entre ellos... o quedarse meramente en anécdota.

Según el texto, un examen de los proyectos del Archivo Europeo del Espacio Público Urbano, hizo que Solà-Morales clasificara los proyectos de espacios públicos según:

Proyectos que ordenan: Reordenan espacios en sí mismos dotándolos de mayor movilidad, mayor funcionalidad... Parece que lo único que pretenden es enmascarar lo que existía.

Proyectos que aumentan el ámbito previo al espacio público: terminan realizando áreas nuevas, sin tener nada que ver con lo anterior debido al emplazamiento y la escala.

Proyectos que colectivizan: intentan hacer espacio público con elementos privados.

Proyectos que inventan: aquellos que no siguen un programa, que crean un tipo que no existen y que aceptan el error o fracaso como actitud proyectual, ya que sólo tienen intención artística.

Además, un proyecto público no por llevarse a cabo de forma adecuada significa que conlleve urbanidad. 

Según Molà-Morales, todos los proyectos de espacios públicos lo son en el sentido de pública concepción y administración, pero no todos son espacios de urbanidad con la significación cívica, política y figurativa que corresponde a la buena ciudad, como comentabamos al principio.