High Line

UN ESPACIO RECUPERADO PARA EL OCIO EN UNA CIUDAD TAN FALTA DE ZONAS VERDES COMO ES NUEVA YORK

Lo más interesante de este proyecto para mi es que se inspiró en la manera en que la vegetación salvaje había invadido la vía de tren abandonada durante veinte años a punto de ser demolida

Urbanísticamente este proyecto revalorizó los edificios de las zonas colindantes, y aumentó la calidad de vida de una parte importante de la ciudad ya que recorre 22 manzanas, con 2,4 km de longitud, 12 metros de ancho y flotando 10 metros por encima del nivel de la calle.

La iniciativa tuvo repercusión en otros países donde se acometieron proyectos similares como Alemania, Israel, México, Atlanta y Singapur.

La primera fase del proyecto se inauguró en 2009, y tenido tanto éxito que se ha convertido en visita obligada para turistas y centro lúdico para actividades deportivas y culturales de todo tipo.

En este año 2014 se inaugurará otro tramo llamado “Rail Yard”, que costará 76 millones de dólares donde 36 millones provienen de donaciones filantrópicas privadas lo que permite conseguir un equilibrio entre los  intereses políticos y los de los ciudadanos.  

Ya desde 2002 artistas, arquitectos, escritores residentes en la zona, crearon el grupo denominado “Friends of the HighLine”.

Este grupo convocó un concurso urbanístico y tras una primera selección entre 56 equipos de todo el mundo,  cuatro oficinas fueron seleccionadas:

1.      La de la arquitecta Iraki y premio Pritzker, Zaha Hadid,

2.      El neoyorkino y vecino del Highline Steven Holl,

3.      Michael Van destacado paisajista y profesor titular en Harvard y

4.      Field Operations, oficina de paisaje y urbanismo encabezada por James Corner, que actualmente está transformando el antiguo basurero de Nueva York, en un parque 2.5 veces más grande que Central Park.

De todas las propuestas, la ganadora de Field Operations con la Colaboración de Diller & Scofidio, proponía la estrategia más inteligente que consistía en un sistema flexible de bandas prefabricadas de concreto de diferentes formas y proporciones que podría ensamblarse de forma diferente y que crearían una plataforma con un gradiente de transiciones entre el concreto y el material vegetal, habiendo una relación entre superficie pavimentada y áreas verdes que iba desde un 20% de pavimento hasta un 0%, es decir que casi toda la superficie en algunas zonas estaba ocupada por áreas verdes. El material vegetal crecerá anárquicamente entre las ranuras creadas en las uniones de las placas.