Como ha venido saliendo en la prensa durante los últimos días, la construcción de un Bulevar en la calle Vitoria del barrio burgalés de Gamonal ha desatado grandes protestas e incidentes en la zona. 

Resumen del proyecto en la página del Ayuntamiento de Burgos: http://www.aytoburgos.es/archivos/urbanismo-e-infraestructuras/articulo/documentos/07-planta-general.pdf

Aunque estas protestas no son nuevas. Hace ya 8 años, en 2005, en la misma zona de Burgos se produjeron protestas en contra de un parking privado que iba a ser construído en Gamonal, un barrio con grandes problemas de aparcamiento entonces y ahora. Algo de información: http://www.diariodeburgos.es/noticia.cfm/Local/20100815/gamonal/sigue/solucion/aparcamiento/5/a%C3%B1os/despues/eladio/perlado/728E6355-974D-3C4E-1D90219788565698

Desde su concepción, este proyecto de la calle Vitoria ya trajo polémica en el barrio, donde la situación económica unida a la gran especulación urbanística (muy importante en la ciudad) y al rechazo de los aparcamientos de pago hizo que se crearan asociaciones y movimientos vecinales contra el bulevar. Movimientos que durante los últimos días (coincidiendo con el inicio de las obras) han llegado a su máximo apogeo.

Las protestas han llevado finalmente al alcalde a paralizar temporalmente la obra hace un par de días. http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/sociedad/ayuntamiento-burgos-paraliza-obras-bulevar-gamonal_912966.html

Pero más allá de la "anécdota" esto debe de abrir o más bien redoblar la intensidad de un debate acerca de la arquitectura y sus relaciones con los poderes políticos y económicos y los ciudadanos.

Desde mi punto de vista, no es posible que los arquitectos (e ingenieros) defiendan construir algo que los ciudadanos no sólo no aceptan, si no que son capaces de rechazar con la fuerza que hemos visto estos días. Por mucho que las soluciones teóricas sean unas u otras, si los usuarios de esas posibles soluciones no las quieren, no se deben ni contemplar como soluciones.

Nadie mejor que los vecinos que viven allí saben lo que quieren. Y en este caso está claro que no quieren aparcamientos subterráneos en estas condiciones por mucho que digan varios estudios que es lo más conveniente. 

La arquitectura despersonaliza a los usuarios con fines de mejorar una producción en masa y dar longevidad y flexibilidad a los proyectos. Pero en ocasiones nos centramos en estas soluciones "teóricas" y nos olvidamos de los usuarios reales, de su opinión y de sus necesidades y posiblidades reales.

Un arquitecto no debería presentar un proyecto contra el que la mayoría del barrio se oponía en las encuestas. Un arquitecto no puede pasar por encima de lo que quiera la gente.

Aunque esto no es tan sencillo como decirlo, claro.