El interés por el espacio público  parece autojustificativo. Y eso, puede llevar, en su exageración, a resultados involutivos.

Parece que en el momento en el que aparece un lugar vacío en la ciudad es necesario colmatarlo con lo que se hace llamar “espacio público”. Creo que Solá- Morales nos lanza una reflexión muy necesaria a la hora de plantear nuevos espacios en la ciudad. ¿Qué es espacio público?

Se está convirtiendo en algo anodino. En un hacer por hacer, en parques y plazas que pretenden llenar el vacío de la calle. El espacio público debe estar dotado de intención, de compromiso hacia las personas que van a disfrutar de él. No se trata de realizar una intervención, en muchos casos, puramente formal. Se trata de dar respuesta a una necesidad, de generar situaciones de relación en la ciudad, en un lugar colmado de espacios privado que debe ser equilibrado en ese “espacio público”.

A veces la respuesta es un cambio sencillo en las reglas que rigen un lugar, en otras necesita de una formalización arquitectónica o paisajística. Sin duda, independientemente de la manera de conseguirlo, lo que prima es mejorar la calidad de los espacios.