La verdadera utopía de este texto es la organicación milimétrica de toda la isla, desde la colocación de las ciudades hasta la elección de la vivienda. Todo esta organizado perfectamente siguiendo una especie de reglas y guión en el que los habitantes, mas que personas, parecen máquinas programadas. Todas las personas son practicamente iguales, al igual que las ciudades que sólo pueden diferenciarse debido a la forma del terreno donde se sitúa.
Otro punto de la utopía es que, siendo un sitio practicamente inexpugnable donde todos los ciudadanos han aceptado un modelo de vida y en el que no existen las posesiones, son innecesarias todas esas murallas y protecciones.
Para terminar comenta que Utopo trazó el plano de la ciudad y dejó a los ciudadanos y a sus sucesores embellecerla debido a que la vida de un hombre no era suficiente para adornar una ciudad.
Este es un punto a tener en cuenta en la actualidad ya que no se debe trazar una ciudad completamente por una persona o grupo de personas. Ha dejarse que crezca, evolucione y se decore con el paso del tiempo y a causa del trabajo y efecto de las propias personas que habitan esa ciudad. Con las formas de vivir de cada persona, pues no hay dos personas iguales. Aunque esta es la mayor utopía