Ahora que ha acabado el cuatrimestre, y con ello la asignatura de Urbanismo I, toca hacerse la pregunta de ¿qué he aprendido?. La pregunta de ¿qué puedo hacer por la ciudad? al principio nos dejaba pensativos, pocos habrían contestado. Ahora ya entendemos lo urbano, ahora toca pensar la respuesta, y asumir el compromiso de mojarnos por la ciudad.

Pienso que lo primero que debe hacer un arquitecto en la ciudad es vivirla, antes de comenzar cualquier proyecto, puesto que una ciudad deja de serlo si no existen sus habitantes, sus calles, sus costumbres, su olor...

Antes de entrar en la asignatura ninguno nos planteamos que quizás el día de mañana nos toque no hacer una plaza, sino hacer que funcione, no hacer edificios nuevos sino cambiar su uso, o quizás lo que tengamos que hacer es disminuir la velocidad de las calles, dar sombra o poner bancos en una esquina.  Pero para ello debemos entender las ciudades, adentrarnos en ellas, y vivirlas con sus habitantes.  Porque entender sus usos no es sólo hacer un plano de colores, es principalmente entender el uso que tiene para las personas del lugar.  Que el proyecto final ha nacido después de meses leyendo sobre una ciudad, viendo videos y fotos, y quizás ahora sigamos aún equivocados porque ninguno hemos estado allí para pasear en ella. Sin embargo, como buenos arquitectos, hemos asumido el riesgo, nos hemos enfrentado y hemos sabido plantear un problema, darle una solución y luchar para que los demás se la crean.

También he aprendido con los textos, los debates y las clases, que quedan muchas cosas que plantearse en la actualidad, que ya no somos arquitectos individualistas que plantan su edificio y se largan, sino que la arquitectura que nos espera ahora es la de trabajar en grupo, la de compartir ideas, la del compañerismo, la del todos por igual, y debemos aprender a trabajar así, la escuela debería dejar atrás la competitividad, y en esta asignatura prácticamente lo hemos conseguido. 

Finalmente, a pesar de haber sido un cuatrimestre duro, mucho trabajo, prisas y a veces desánimos, es bonito ahora darse cuenta todo para lo que sirve un arquitecto. Quizás haya sido de las pocas asignaturas en la que he podido ver que el día de mañana el urbanismo seguirá necesitando nuestra ayuda, sin pensar en el futuro como algo oscuro en el que los arquitectos no tendrán importancia.