3.3. LA CALLE - FRANÇOIS ASCHER

Creada el 6 de Enero de 2016 a las 18:55 por MiesVanDerJose

Proyecto: Urban Games 2015
Tema: Diálogos
Coordinadores: abarca dacama

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Descripción

Breve comentario sobre como Ascher concibe el concepto de "calle" y todo lo que ello implica.

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En este texto, F. Ascher nos hace una completa biografía sobre la calle. Comienza con una definición propia que asegura que la calle es una vía en el interior de una aglomeración que sirve, específica o simultáneamente, para

1. Atravesar una zona de esta aglomeración.

2. Para acceder a lugares situados a lo largo o inmediatamente próximos a esta vía.

3. Para producir espacio colectivo utilizable en diversos tipos de actividad.

Luego una calle siempre asegurará al menos una de estas funciones: tránsito, distribución o recepción.

Seguidamente, hace un recorrido cronológico de la calle en la historia de la humanidad, desde las calzadas romanas hasta la actualidad. Y conforme avanza en el tiempo, la calle "evoluciona" en favor del transporte. Mientras que en épocas anteriores a la Edad Media (a pesar de existir una estratificación de la calle) sé daba prioridad al peatón, la creciente industrialización y avances tecnológicos de las máquinas, han ido comiendole terreno literal al habitante, haciendo que este se refugie en su correspondiente residencial o se sume a la masa de transorte particular que tanto daño le está haciendo al espacio libre del peatón.

Mi opinión ante esta situación obviamente no es la peatonalización en exceso de toda el área de la urbe. Ciudades como Chicago fragmentan sus flujos mediante vías de circulación a diferentes alturas. No solo existe el blanco o el negro, pero que encontrar un tono gris medio suponga cierta dificultad, no quiere decir que dicho término medio no exista.

En ciudades como en la que nos encontramos (Granada), intervenciones tales como la Gran Vía de Colón (sin contar que su origen es eminentemente Haussmaniano) son de cierto interés, si bien filtran el tráfico permitiendo el paso simplemente de transporte público, pudiendo así ampliar la acera en favor del habitante. No podemos eliminar el transporte privado de la noche a la mañana, ni podremos porque supone una inagotable fuente de riqueza a distintas multinacionales. Pero debemos de seguir recordando que la calle es tanto de la ciudad como del peatón, y aunque el automóvil es una herramienta de grandísima utilidad, no por ello tenemos que cederles nuestras ciudades en muestra de agradecimiento. 

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