EL IMPOSIBLE PROYECTO DEL ESPACIO PÚBLICO.

MANUEL DE SOLA-MORALES.

En este texto, Manuel de Sola-Morales aborda una fuerte crítica sobre el “concepto” erróneo que poco a poco se ha ido desvirtuando hasta el punto en el que nos encontramos hoy, y lo que esto conlleva en el mundo en el que vivimos.

                Por lo general, entendemos dicho término como aquello que “sobra” entre unos edificios y otros, aquello que todos utilizamos, que es de todos, pero que, en ocasiones empujado por la configuración de estos o por lo mal pensados que estos están, los ciudadanos encuentran totalmente extraños, ajenos y les hace prácticamente imposibles sentir estos como algo propio, como algo suyo.

                Esto no es más que un reflejo directo de la concepción tan descuidada que tenemos de estos lugares los encargados de pensar dichos espacios. Tendemos a mirar un plano en el que nos aparecen unos espacios con unas dimensiones X y que tenemos que rellenar de alguna forma, y esto en muchos casos se convierte en un pavimento determinado, con tres columpios montados a imagen y semejanza del parque más cercano, con tres árboles y 4 bancos colocados en el perímetro, e ingenuos de nosotros, somos capaces de creernos nuestra propia mentira y sentirnos orgullosos de lo bien que hemos resuelto este espacio que inicialmente catalogamos como residual, como espacio vacío o muerto. Luego encima somos capaces de culpar a cualquier otro que haya podido intervenir de algún modo en ello, cuando pasado algún tiempo, los columpios tan solo albergan grafitis y están en completo desuso, los bancos permanecen intactos salvo por las inclemencias meteorológicas, y mejor ni hablar de la gran plaza preciosa con un pavimento de última generación que nos encantaba, y “sorprendentemente” la gente huye de él, cruzándola cuando es totalmente imprescindible e irremediable y en el menor tiempo posible.

                Es muy frustrante cuando te das cuenta que tu espacio bonito, lo es… pero también es incómodo, invivible. Infinitas veces vemos a los grandes arquitectos (incluso nosotros mismo como futuros arquitectos), hablar de sus proyectos de edificación en los que hablan de la luz… de los sentimientos… analizan el proyecto desde lo sensorial, y, sobre todo en nuestra escuela, esto lo vemos bastante normal, pero, ¿cuántas veces nos hemos parado a analizar la sintonía de un espacio público con los ciudadanos? Tendemos a tomar la vivienda y lugares de vivencia individual como algo realmente complejo e importante que hay que pensar al milímetro, y efectivamente es así. Pero no nos damos cuenta de que las personas no somos capaces de vivir solas, la esencia de las ciudades y de los ciudadanos en gran parte reside en esa relación constante entre las personas, de hecho pasamos mucho tiempo de nuestra vida en estos espacios que conectan nuestro logar de residencia con nuestro trabajo etc… Probablemente sea más complicado de realizar un proyecto urbanístico para un espacio público que cualquier proyecto de vivienda individual, y sin embargo, nos lo tomamos como algo totalmente secundario sin darnos cuenta de que la mayoría de las veces condicionamos con ello las relaciones entre las personas, su convivencia, sus vidas…

                En cuanto a los 4 tipos en los que encuadra las intervenciones, no difiero de ellas y cada una de ellas tienen puntos muy fuertes, pero son esas mismas fortalezas las que les crean sus debilidades al carecer o descuidar otros muchos aspectos, por ello, como casi todo en este mundo, pienso que quizá la buena intervención deba reunir parte de todas.

Procedencia de la imagen:  www.paisajetransversal.org