Tras ver el documental te das cuenta de que no somos conscientes del desarrollo y evolución de nuestras ciudades, la manera de planificar las ciudades modernos no son acordes con las condiciones de los seres humanos.

Para solucionar el problema acutal tenemos que irnos al orígen de éste. Años atras, con el exodo rural, aumento mucho la demanda de viviendas residenciales ayudando a que el desarrollo de las ciudades fuera aun mas rápido. Se comenzó a construir en las periferias y nosotros debíamos adaptarnos a la ciudad (y no al revés, como tiene que ocurrir) aumentando la distancia a recorrer para poder alcanzar el centro de las ciudades. En vez de fomentar el transporte público, para ayudar a este crecimiento se formaron cada vez mas carreteras y por lo tanto, mas vehiculos que sumado al tiempo que pasamos en estos al tener que recorrer las grandes distancias entre la periferia y el centro no tenemos ni tiempo ni ánimo para relacionarnos.

Las antiguas ciudades tenían patios y rincones que nos INVITABAN a relacionarse, a comunicarse o experimentar diferentes sensaciones en ellos. Sin embargo, en las ciudades actuales no encontramos tales puntos de encuentro.

Rectificar es de sabios, por que no seguir ejemplos como la ciudad de Copenhague donde se comenzó a peatonalizar calles del centro de la ciudad ayudando a dejar de lado los vehiculos propios, y los resultados son visibles en la actualidad ya que el 35% de las personas utilizan la bicicleta como medio de transporte usual frente al 24% que siguen usando vehiculos.

Ya hemos madurado, hay que dejar atras la vida privatizada que nos consume y volver a fomentar la vida pública (Nueva York). Quizás todos los errores en los que vivimos tenían que ocurrir para que nos diesemos cuenta de lo mucho que echamos en falta las experiencias humanas. Solo contabamos coches y no personas, solo trabajabamos en la escala del motor y no en la escala humana. 

Para concluir, en el documental se nos indica que en 35 años se albergaran el doble de personas en muchas ciudades y no hay ni tiempo ni dinero para construir infraestructuras que nos hagan caer en el mismo error en el que estamos sumergidos. Hay que escuchar a la gente, reconducir nuestros fallos, y seguir estrategias urbanas que nos lleven a un proyecto de TODOS (Christchurch) para empezar a formar CIUDADES PARA LAS PERSONAS.

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