Igual que una planta tarda un tiempo en crecer y ``comerse´´ un objeto que exista abandonado en su entorno, hasta hacerlo formar parte de su estructura, soporte y de llegar a entenderse como parte de ella en sí mismo, como un todo, ocurre también en la ciudad, y hace referencia a ello el autor, ya que cuando se realiza una intervención en la ciudad, hay que esperar un tiempo hasta que la ciudad, las personas y las relaciones entre éstas, lo conviertan en una parte propia, o no… Es por ello que hay que dejar un tiempo a la adaptación y experimentación antes de enjuiciar sobre una intervención. Esto está relacionado con el tema que comenta el autor de la ciudad compartida, y el interés que ofrece una ciudad ``desordenada´´. Que una ciudad tenga diversidad en cada punto genera más movimiento, más relaciones y más vida al fin y al cabo, si el lugar nos permite todo esto, entendemos la ciudad como nuestra, como parte de nuestro día a día, y si en la inclusión de una intervención, preocupada más por buscar la correcta armonía y potenciación del lugar que en destacar como obra aisladamente, veremos cómo al final la ciudad toma esta intervención hasta hacerla parte de ella.