La complejidad estructural, la diversidad y las relaciones de las que se caracteriza una estructura en semirretículo, tal y como dice el autor, es difícil de conseguir incluso de plantear o siquiera imaginar, desde cero. Pienso que esa riqueza de la variedad de la ciudad se consigue con la superposición de las distintas capas de la misma. Quizá el primer paso de una ciudad que surge desde cero sea ser una ciudad con estructura, más o menos, en árbol. Quizá sea con el paso del tiempo, con la intervención de cada generación, cuando se vayan generando estas conexiones, estas relaciones que vayan dándole complejidad, y coherencia, a su estructura.

Pero es una cuestión de magnitud; hoy en día se están construyendo nuevas ciudades de gran tamaño que dificultan que en un futuro se realicen intervenciones que mejoren las mismas, porque realizan una estructura en árbol muy grande con una segregación y una diferenciación de usos que implican unos grandes desplazamientos a puntos concretos para según qué actividad: zonas para dormir, zonas de comercio exclusivo, zonas de ``ocio´´ delimitadas... Es difícil actuar en ciudades de este tipo, parece que estén ya pensadas como acabadas e ideales, que no se pueden tocar más que para continuar expandiéndolas, para añadir más ramas a este árbol, dejando en su esencia un vacío más grande que la propia ciudad.