El texto se posiciona como una dura crítica a algunos de los postulados del movimiento moderno y como la perspectiva que da el paso de los años sirve para comprobar el fracaso de los mismos. Es evidente que la idea de establecer un punto de partida hacia una forma de entender la ciudad, si bien no es del todo un fracaso, no ha sido más que eso, una rotura sin continuidad evolutiva. Una serie de ideas sin capacidad para mutar acompasada con una realidad social.

La ciudad se resiste a funcionar como una máquina programada, mientras que los agentes encargados de asistirla se empeñan en buscar, modificar y concebir programas que de una vez por todas la hagan funcionar de tal modo. De esta forma, estos agentes, los profesionales, no han conseguido desprenderse de dogmas no válidos en la actualidad, intentado controlar una ciudad que ya no existe.

Las ideas que en un principio podrían haber sido válidas no se han llevado a cabo, bien por cobardía bien por contaminación ideológica y de poder, bien por imposibilidad real de ser realizadas…Puede que toda la culpa no esté en los postulados modernos, sino más bien en que la falta de valentía e iniciativa con las que las generaciones posteriores han afrontado dichas ideas. Sea por incapacidad o por omisión se ha llevado el papel del urbanismo al ridículo, consumido con por la idea de hacer arquitectura, se ha mutilado a este.

Es  indispensable pues redefinir la idea de urbanismo, sustituir la idea de control, certezas, situaciones estables etc. El urbanismo debe escenificar la incertidumbre, debe dejar de hablar de lo “nuevo” para asumir el incremento y la modificación, la sustitución de “certezas” por “posibilidades”, de “límites” por “no fronteras” , lo urbano debe ser el campo de la imaginación. Entender el fracaso como una oportunidad.

Debemos desprendernos de los lastres de la historia, asumir nuestro papel en el presente, y tomar decisiones que posiblemente puedan ser erróneas, de hecho puede que esto sea lo acertado, equivocarse, distorsionar, rehacer, ensayar, PARTICIPAR y proponer algo, no dramatizar nuestro papel. Puede que el urbanismo pueda permitirse ser ligero, no necesariamente debería ser la más profunda y solemne de las disciplinas.

Jose Pérez Garrido

Juit Albiñana Ruiz

Rafael López-Toribio Moreno