En el texto la autora critica hechos como que reduzcamos los problemas de la ciudad a cuestiones medioambientales mientras que no tratamos para nada el propio diseño de las infraestructuras, o que tenemos que analizar de forma más empírica el desarrollo de las ciudades, aunque el tema del que más habla es el de los ejes como elementos principales de la ciudad ya que son capaces de conferir identidad al espacio urbano por albergar la imagen de la ciudad y de conducir el movimiento.

El aspecto que más me llama la atención es el cómo precisamente el eje, que es el elemento más simple en forma y geometría, es el que comprende los aspectos más complejos y hace de recipiente de elementos que no son visibles. Además, solemos pensar que un espacio estará más ordenado cuanto más reticular sea, cuando realmente el orden no se crea mediante una geometría específica porque ésta no es mala o buena, puede ser un exceso o algo agradable por los espacios y relaciones que crean. Es decir, el orden puede tener una multitud de formas, lo que importan son las relaciones que existen entre espacios.

Imagen: Plano de la ciudad de Springfield en el que podemos ver los ejes de la ciudad y su ordenación en forma de retícula.