Este fragmento del libro de Ascher pone de manifiesto lo que han ido mostrando los diferentes textos del curso y las conclusiones obtenidas: el nuevo urbanismo de Occidente es un urbanismo de mayor complejidad, que busca la participación activa de la ciudadanía en su desarrollo; la heterogeneidad, no siendo restrictivo en cuanto a tipologías edificatorias; la reflexión constante y la experimentación resultante de ésta; es flexible y busca elementos que guíen el desarrollo urbano progresivamente, dejando a un lado los planes urbanísticos cerrados.

Nos acercamos a una manera de crear ciudad que se parece cada vez más a los orígenes de los asentamientos naturales, que busca resolver problemas reales imbricándose con la sociedad para dar soluciones útiles, abandonando egos pasados de eruditos y 'técnicos' que buscaban dejar su impronta e ideas más que mejorar la vida del conjunto de la ciudadanía. Un urbanismo más humano, más plural y sobre todo, más democrático.