Este vídeo me ha dejado poco convencida y pensativa. Habla de la hipótesis de crear calles compartidas de automóviles y peatones para crear relaciones activas, además quiere ser un proyecto innovador por una nueva idea de ciudad.

Todo esto también podría ser válido, de mi punto de vista, si no que las calles ya son para la mayor parte compartidas por peatones y automóviles, pero con una disposición más favorable al automóvil con respecto del peatón.

Se vuelve por lo tanto interesante descubrir cómo sería realizada esta idea, ya presente, en un modo innovador. El proyecto se desarrolla sobre dos principios fundamentales: aquel de incrementar los usos en las calles y de disminuir las restricciones y las reglas que limitan el individuo en sus movimientos.

Sobre el primero de estos dos principios me encuentro totalmente de acuerdo, pero es una idea ya consolidada y desarrollada por muchos urbanistas, aquel de crear frentes activas actractivos para el peatón. En la segunda idea se presupone una población capaz de seguir espontáneamente las reglas, usando el sentido común: lo que me deja perpleja es que, ¿si estas restricciones han sido puestas no es quizás por qué las personas no respetaron sencillamente reglas éticas? ¿Porque pensamos que la índole del hombre es diferente a como era antes? Y todavía, en una ciudad como Granada y como muchísimas otras, dónde el espacio en las calles es muy poco, ¿como se pueden poner en relación en una manera diferente peatones y vehículos?

Por cuánto interesante y visionaria sea la idea de las calles compartidas no puedo comprender el efectivo sentido y la aportación revolucionaria que se propone de dar a las ciudades.

[Superblocks] Y está justo aquí que sale una solución para mí convincente y funcional: la idea de agrupar manzanas haciendo una supermanzana para crear espacios comúnes, libres y sociales dónde pueden pasar solamente algunos vehículos, a velocidades moderadas y dónde de veras se puede constituir a una coexistencia funcional de vehículos y peatones poniendo al centro de la intervención el hombre y los espacios a él necesarios. La idea del superblock me recuerda vagamente una Unitè de habitation en horizontal, una pequeña ciudad con todo lo que se necesita dentro de una gran ciudad: una pequeña ciudad a la escala humana dentro de una metrópoli, como podría ser Barcelona, que sigue funcionando como maquina industrial y económica.