Proyecto: Urban Games 2017
Tema: Diálogos
Coordinadores:
abarca
dacama
Me parece una entrevista extraordinaria que alude a puntos muy importantes de la arquitectura y el urbanismo actual. Habla sobre la ciudad antes y ahora. Es alentador saber que Solà Morales defiende que la actual adquiere mayor interés para él gracias a su mayor complejidad y diversidad de elementos, a diferencia de una gran cantidad de arquitectos que ven el urbanismo actual como caso perdido. Me parece interesante su reflexión sobre la esquina y sobre los detalles. La esquina concebida como foco captador de actividad, punto de encuentro de intercambio social. La dota de la importancia que merece, que por su situación de intersección de diferentes lugares sea capaz de interaccionar y crear subconjuntos híbridos de actividad.
Los detalles referidos a la materialidad, a “la piel” que indudablemente es lo que nos transmite las sensaciones en una ciudad. Para mí es lo mismo pisar un pavimento duro de asfalto que pisar uno de hojas secas caídas. Poner la atención suficiente en ellos a la hora de “modernizar” la ciudad debe ser primordial. El dios está en los detalles.
Cada vez más, nos fijamos en la arquitectura de “marca”, es decir, se valora más el quien lo ha hecho que las emociones que nos provoca, el qué se siente en su interior, el cómo se vive, el cómo se relaciona con la ciudad. En su mayoría se trata de insustanciales objetos dotados de mayor o menor belleza colocados en calles que no han adquirido importancia en el pensamiento del arquitecto y se materializan en artefactos, cachivaches hostiles con su entorno y con las personas; pero como es de marca, lo compramos.
Para finalizar expongo la frase que más me ha marcado por su contundencia y claridad: “cada año deberíamos derribar el peor edificio de Madrid o Barcelona”. Una gran verdad y arriesgada opinión por su trascendencia. Es una idea que creo que se nos ha pasado a todos por la cabeza alguna vez, no sólo a los arquitectos, sino también a los ciudadanos. Parece descabellada, pero si se pusiera en práctica pienso que mejorarían muchos aspectos urbanísticos. Porque somos nosotros los que vivimos esa arquitectura que no nos es agradable y nos inquieta negativamente. Extiendo esto al resto de ciudades, puesto que sin excepción son víctimas de tales despropósitos, en mayor o menor medida. Desde mi punto de vista deberíamos, una vez por todas, de entender el verdadero significado de la ciudad, de que habitamos y dependemos de ella e intentar erradicar los intereses que hoy la mueven.
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