En este texto, Rem Koolhaas realiza una dura crítica contra la ciudad actual, analizando la situación del urbanismo y del urbanista. Vemos que Koolhaas da una visión bastante pesimista de La Ciudad, donde la profesión de urbanista ha desaparecido por completo. Sin embargo, en mi opinión, no creo que sea así, sino que esta profesión ha ido evolucionando y complementandose junto a la de arquitecto. A pesar de que el autor destaque que en el nuevo urbanismo que él propone, ''luchará contra la arquitectura invadiendo sus trincheras'', yo pienso y espero que no sea así, ya que el urbanismo y la arquitectura son completamente compatibles y necesarias la una para la otra: la arquitectura forma parte del urbanismo y viceversa. 

Veo obvio y necesario esa defensa que Koolhaas hace por la profesión del urbanista, y desde un punto de vista estudiantil, veo necesaria esa enseñanza que se imparte en las carreras (aunque solo haya cursado una asignatura, espero que se continúe defendiendo este aspecto urbanista en mis sucesivos cursos), ya que por muy bien que nos enseñen arquitectura, cada pieza que construyamos, por muy buena que sea, sin la base del urbanismo, tendrá una ''mala cimentación''. En relación a esto, quiero destacar una frase del autor que me llamó bastante la atención: ''Hemos estado construyendo castillos de arena. Ahora nadamos en el mismo mar que los borró de la orilla.''

Otro aspecto ha destacar del texto es una de las causas por las que, según Koolhaas, se llegó a esta crisis urbanistica: nuestros deseos utópicos. Es cierto que llegamos a esta crisis en gran parte por esa utopía constante que se creaba. Sin embargo, creo que esa utopía, en las cantidades justas, es una herramienta necesaria para poder evolucionar nuestro lado más creativo y mejorar las ciudades, porque, tal y como dice el autor, la base del nuevo urbanismo, no es crear, sino aceptar lo que ya existe y reinventarlo.

Rubén Toledo Freire