En este prólogo, Manuel De Solá-Morales nos hace reflexionar sobre la evolución del urbanismo a lo largo de su historia. Vemos como desde hace ya tiempo, arquitectos como Unwin predijeron el fracaso de estructuras periféricas, como bloques residenciales. En un fragmento del texto, comenta el momento en el que el suelo empieza a tener importancia en la arquitectura, fragmento que quiero enlazar con la defensa por parte de Kevin Lynch, de la relevancia que tiene el emplazamiento, la belleza que surge al poner un orden sobre las dificultades del sitio y de la necesidad. Igualmente, comenta el inicio de una arquitectura dedicada a solucionar los problemas urbanos de la sociedad, una ciudad diseñada desde la materialidad de sus problemas, hecho relacionado con la ''obsesión'' del autor por la baja densidad. Obviamente, desde nuestro punto de vista, los arquitectos queremos resolver los problemas de la gente aumentando todo lo posible su calidad de vida , pero en mi opinión, esta baja densidad que defendía el autor era insostenible, teniendo en cuenta las estadisticas demográficas que cada vez son más preocupantes. ¿Cuanto tardaremos en darnos cuenta del gran problema que es la sobrepoblación mundial? (Para profundizar un poco en el tema de la sobrepoblación, aunque sea de forma muy leve y ficticia, recomiendo leer la novela de Dan Brown: Inferno)

También he de destacar como en un momento dado, De Solá-Morales, nos expone las dos corrientes de la época: el ''formalismo germánico'' frente a la irregularidad (informalismo) inglesa. Aquí me gustaría defender la idea del autor de no tener que elegir entre una idea u otra. Debemos de saber reconocer los matices útiles y prácticos de cada escuela (urbanismo en la práctica) y aplicarlos a nuestras propias ideas. 

 Para terminar, me gustaría una reflexión que el profesor nos planteó en clase: la definición de LUGAR (espacio con el que establecemos una relación personal) y por consiguiente la idea de NO LUGARES, (aquello que no te transmite nada). Para un mayor interés en esta idea de los ''no lugares'', el profesor nos recomendó el libro de Marc Aullé: ''Los No Lugares''.

Rubén Toledo Freire