A principios de curso, cuando me planteaba la custión de qué podía aportarle a la ciudad, de que forma podía hacerlo, lo hacía con temas basícos, temas comunes. Actualmente y tras la evolución del curso, esos temas se podría decir que tienen ciertas carencias que dependen del conocimiento del lugar y de la materia.

Al comienzo del curso, tenía muchas ideas útopicas de intervención, pero estas ideas se quedaban en simples ideas que a la hora de llevarlas a cabo se quedaban "colgadas", debido a que me faltaba ese conocimiento. Una idea buena, es mucho más que una idea, detrás lleva muchas horas de estudio y conocimiento.

Una ciudad es muy compleja. A lo largo de este curso puedo decir que he conseguido aprender y asimilar las correspondientes herramientas necesarias para poder separar en capas toda la complejidad de una ciudad. 

Una ciudad es mucho más que calles, edificios y personas. Ahora mismo puedo hablar de una ciudad de su composición, sus eje, sus formas, sus tipologías, sus usos, su relación con su topografía propia e incluso del funcionamiento de todo tipo de vias destinadas a los diferentes transportes.

Con todo esto, lo que quiero llegar a decir es que una ciudad es un conjunto de muchos aspectos, los cuales tras ser estudiados, surgen situaciones críticas, zonas con problemas, en las cuales son las zonas que nos generan esa idea de proyecto.

En los desequilibrios de las ciudades es donde encontramos todo lo necesario para aportar a la ciudad.

Esta opinión, esta basada en la experiencia, a la cual he llegado a experimentar, en lugar concreto, en Roma.

  Todo lo que necesitamos aportar a las ciudades, esta reflejado en sus propiedades y características. Una buena idea de poryecto, siempre va a llevar consigo la siguiente pregunta: ¿Por qué?.