Al leer el artículo de Koolhas lo primero que sientes es un tremendo desazón, una sensación absurda y terrible de que te has equivocado en la vida. Sientes que te has equivocado de profesión y que lo único que vas a poder hacer el día de mañana es ser un parásito de una ciudad muerta y atosigada, enclaustrada y encerrada por arquitectos pretenciosos. En apariencia.

En realidad, el autor va más allá de eso e intenta hacernos despertar de un letargo muy largo con verdades odiosas. Intenta hacernos ver que no podemos seguir aglomerando las ciudades, haciéndolas expandirse hasta el punto de que todo sea ciudad y no quede nada más. En definitiva, nos hace pensar en la reutilización de lo que ya tenemos para darle otros usos, quiere que veamos nuestro potencial como individuos resolutivos que son capaces de reorganizar espacios para que sean polivalentes, de darle a las nuevas disciplinas un espacio que otras dejaron a su paso transitorio.

Es interesante pues, ese último fragmento de texto donde se expresa la necesidad última de la ciudad y del planeta entero: la de no separar al sujeto hacedor del sujeto que la consume o que la vive. Es imperante en nuestros días y en nuestra profesión, dejar de separar la técnica y lo bello de quienes lo van a utilizar, tanto en el proceso constructivo, como en la vida útil de todo aquello que producimos. ¿De qué nos sirve una ciudad cada vez más grande si hay cadáveres arquitectónicos en cada rincón, los cuales nos negamos a reutilizar en pos de seguir construyendo? ¿Es ese el nombre subversivo de nuestra profesión, el construir por construir sin mirar a quien nos llevemos por delante? Las respuestas son obvias.

Por tanto, es necesario que tomemos esta conciencia como nuestra, que dejemos atrás esa necesidad de ser alguien en una revista que se publica con la deforestación de un terreno que nosotros mismos obligamos a recalificar, y que miremos hacia el futuro donde no es el dinero la riqueza de nuestras ideas, sino el valor social que podemos llegar a generar aunque sea de un modo más anónimo.

Foto de portada: Artículo "12 Unbelievably Polluted Places In India by Adarsh Vinay" - Kanpur  (www.scoopwhoop.com)