Ascher comienza el artículo definiendo el concepto de calle. Utiliza para ello las funciones de la misma, y clasifica las calles en monofuncionales y multifuncionales. En mi opinión, es sólo una forma de abordar el asunto. Un ingeniero podría definir la calle y clasificar los diferentes tipos de otra manera, en función de sus características geométricas y estructurales, por ejemplo, al igual que un militar, a quien le interesarán más bien su vulnerabilidad y su potencial defensivo.   

El cuerpo del artículo versa sobre los conflictos que se han producido a lo largo de la historia en las calles debido a la coexistencia de diferentes funciones y a su adaptación a las nuevas necesidades que han ido surgiendo con el correr del tiempo, mostrando muy a las claras, a mi juicio, que las calles, y por tanto las ciudades, que están formadas por calles y otros espacios públicos y privados, son algo parecido a un ente biológico que vive en constante adaptación al medio.

El caso es que las calles respondieron a las exigencias del progreso especializándose, volviéndose monofuncionales, pero esta especialización acabó entrando crisis. Ascher pone como ejemplos que las calles especializadas en el transporte se vieron sobrepasadas por la demanda y su ampliación fue contestada por los ciudadanos porque el exceso de tráfico produce molestias y degradaba la ciudad, y que las calles comerciales debieron adaptarse a los grandes flujos de personas porque estos eran necesarios para que los comercios funcionaran. También señala que debido a la especialización, las calles pierden el encanto de lo inesperado, dejan de sorprender al ciudadano. Pero, añade, a pesar de ello, la especialización no ha perdido su utilidad. De hecho, sigue estando vigente.

Precisamente continúa el texto hablando de las soluciones vigentes en la actualidad, y la especialización está presente en una de ellas. Las dos principales se denominan hipermoderna y postmoderna respectivamente. La primera establece tres tipos de calles especializadas: de proximidad, grandes ejes y comerciales. Un ejemplo de esta solución es Tokio. La segunda hace convivir calles monofuncionales con multifuncionales, como ocurre en París. Entre estos modelos, hay infinidad de soluciones intermedias.

Para finalizar, el autor habla de que los urbanistas y los expertos en transporte (puesto que es la función de transporte la que más tensiona la calle) deben no ya encontrar soluciones estáticas sino ser mediadores entre los diferentes usuarios de la calle.

Imagen: dibujo de François Ascher. Fuente: doyoucity.com.